«Donde habita el silencio» – Galería Alba Cabrera (Valencia)

LA TUMBA DE TUSITALA

 

Encontré esta fotografía en una entrevista a Cees Nooteboom (Babelia 01.08.09).La reconocí de inmediato ,pero me dejó perplejo. Era ,pero no era, una escultura de Carmen Baena ,una de esas arquitecturas poéticas, silenciosas y habitables .El árbol, la estructura del edificio, su enigmática simpleza…,todo resultaba familiar, pero no . El pie de foto era claro , se trataba de la tmba de Robert Louis Stevenson en Apia , una isla de Samoa, en los Mares del Sur. Tenia 44 años. Su epitafio fue: “ Bajo un amplio y estrellado cielo/ cavad una tumba y dejadme morir / contento viví y contento muero”.

 

De pronto comprendí algo que intuía sin ser consciente de ello, Carmen recrea en sus obras la tumba de Tusitala , del contador de historias .En sus esculturas – con variaciones, con detalles-, se esconde el espíritu de Stevenson, dentro puede estar el tesoro del capitán Flint, o el ancla de la Hispaniola, o dos plumas misteriosamente azules del loro de John Silver el Largo, o el catalejo de latón de Bill Bones , o un botón de la chaqueta de Jim Hawkins, o una vieja botella de ron, o un mapa que indica la salida del laberinto, o la espada , con una mancha de sangre, del capitán Smollet, o acaso en su interior se almacenen las mismas palabras de Stevenson: “ No viajo para llegar a alguna parte, sino para ir “. En lo íntimo de las esculturas de Carmen Baena reside algo poderoso y enigmático que sólo podemos entrever y aventurar. Sólo la certeza del misterio se encierra allí.

 

La respuesta al secreto de las esculturas de Carmen Baena quizá ya la dijo el autor de Fellow passengers: “ Una de las lecciones que aprendemos viajando es que algunas de las razas más extrañas habitan en la puerta de al lado de nuestra casa “. Quizá todo se encuentre próximo y eso ya lo explica también Mario Vargas Llosa en El paraíso en la otra esquina, una novela que también es otro viaje a los Mares del Sur.

 

¿Por qué recrea Carmen Baena una y otra vez la tumba de Tusitala? “Son casi albergues , lugares secretos…, son habitables ,como algunos sueños .Necesito la geometría como armazón de lo caótico”, ha dicho ella. Un sepulcro habitado por el gran narrador. Por eso hablan, por eso nos susurran, por eso podemos escucharlas.

 

Escribe Cees Nooteboom. “ El deseo del viaje es volver a un mundo que conoció, pero es imposible”. Quizá ese sea el secreto: en la tumba de Stevenson están también sepultadas todas nuestras infancias.

 

GONTXAL  DÍEZ

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